Son el 97%, contra el 93% que compra cortes vacunos y un 77%, de cerdo, según un relevamiento. La tendencia es más acentuada en los segmentos bajos.
El 97% de los hogares de la ciudad de Buenos Aires consume más pollo que cortes vacunos (93%) y de cerdo (77%), según un relevamiento de la consultora Marketing & Estadística.
“Hay más propensión a comprar pollo que carne vacuna. Hace más de dos décadas que medimos el consumo de alimentos y, año a año, notamos, tanto ese incremento como del cerdo”, observó Sebastián Lopes Perera, presidente de la firma. El relevamiento tuvo como objetivo consultar acerca de los hábitos de alimentación con los tres productos. Se realizó en octubre, sobre 859 casos del área metropolitana.
“La encuesta preguntaba qué alimentos se consumen en el hogar y no cuantos kilos”, aclaró Lopes Perera. Apunte no menor, dado que, en volúmenes, el consumo doméstico de carne vacuna es de 58 kilos anuales por habitante y el de pollo, 46.
Todos los hogares relavados son consumidores de los tres cortes. Pero, en el relevamiento de Marketing & Estadística, destaca que los de bajos recursos consumen más pollo que vaca, en tanto que los segmentos altos son los que incorporaron mayormente al cerdo a su canasta. En tanto, los cortes de novillo son consumidos sin grandes variaciones por todas las categorías.
Lejos del chango
Según la encuesta, el 81% realiza sus compras de carne vacuna en las tradicionales carnicerías y sólo el 15% en un supermercado. Cabe destacar que, a esta categoría, se incluyen las cadenas tradicionales y se excluyen los supermercados chinos.
Respecto a los canales preferidos para comprar el pollo, surgen, con 43%, las pollerías y el 39% lo hace en carnicerías. Con este producto, los supermercados retroceden al 13%. “En las pollerías, es muy importante la venta de elaborados del pollo, como milanesas u otros empanados. Este tipo de productos son, en buena medida, fidelizadores. La gran parte de sus clientes va a ese determinado negocio barrial porque confía en el proceso y el sabor es de su agrado”, contextualiza Lopes Parera.
Por su parte, el cerdo, con 74%, es comprado en las carnicerías. Para los supermercados, este guarismo es del 18%. Si bien es bajo, comparativamente, es superior al de carne y al del pollo. Esto se debe a que este canal está promoviendo el incremento del consumo porcino.
Cuestión de precio
Si bien la encuesta no lo mide, si se toman estos datos y se los cruza con el monitor de precios de EL CRONISTA, el precio podría ser la variable del cambio. Los valores promedio del pollo resultan tres veces más bajos que los del novillo. En tanto, los del cerdo son entre 20% y 30% más baratos que los de la res.
En un relevamiento realizado por este diario, se tomaron los precios de tres grandes supermercados durante este mes y se los comparó con noviembre de 2008. Arrojó que el pollo aumentó 687%; el cerdo, 890%; y la carne de vaca, 1350%. Como referencia, a lo largo de la década, el dólar subió 1075% y los combustibles, casi el 2000%. Se consideró a los hidrocarburos debido al fuerte componente logístico que tiene la estructura de costos de la comercialización de alimentos. En el mundo, en los últimos 10 años, la inflación fue del 20 por ciento.
Por DIEGO MEMOLI
