Cada salvadoreño se come 47 libras de pollo al año

Cada salvadoreño se come 47 libras de pollo al año

Los datos de la Asociación de Avicultores de El Salvador indican que la cría de pollo de engorde creció 5.8 %.

Si se dividiera el consumo total entre el número de habitantes en el país, es posible estimar que en 2018, cada salvadoreño comió en promedio 47 libras de pollo.
Los datos de la Asociación de Avicultores de El Salvador (Aves), indican que el año pasado, el consumo per capita de pollo creció 4.4 % y bajó 0.5 %, respectivamente, respecto a los datos de 2017.

Además, revelan que en el último quinquenio, los salvadoreños pasaron de consumir un promedio de 40.6 libras de pollo en 2014 a 47 libras en 2018.

Comparado con la sus pares latinoamericanos, El Salvador está por debajo del promedio del consumo de carne de ave.

De acuerdo con el reporte de junio 2019 de la revista Industria Avícola, con el equivalente a 21.3 kilogramos, el país consume solo dos terceras partes del promedio de la región (30.7 kilogramos o unas 67.6 libras).

En Latinoamérica, mientras Perú es el país con el promedio más alto de consumo de carne de pollo, con más de 100 libras (46.6 kilogramos) por persona; Venezuela fue el que más merma reportó en tan solo un año. Pasó de consumir 39 libras (17.8 kilogramos) a 19 libras (9 kilogramos), un 49 % menos.

 

 

¿MAYOR PRODUCCIÓN?

Por otro lado, los datos locales indican que la cría de pollo de engorde creció 5.8 % hasta las 317.3 millones de libras; mientras que la producción salvadoreña de huevos alcanzó las 1,261 millones de unidades.

Según los datos de Wattagnet (un sitio especializado en estadísticas pecuarias mundiales), en el último año bajó la producción de pollo en Latinoamérica y subió la del huevo.

A nivel centroamericano, Guatemala es el líder tanto en la producción de pollos de engorde como de gallinas ponedoras; pues en 2018, la industria avícola chapina produjo 13.1 millones de ponedoras y 189 millones de pollos de engorde.

Aunque cayó 25% entre 2017 y 2018, El Salvador es el segundo mayor productor de ponedoras (junto a Honduras). En la crianza de pollos de engorde, en tanto, no mostró variación significativa y con 55 millones de unidades sigue siendo el último de la región.

De hecho, en el último quinquenio solo creció 5%, al pasar de producir 52.5 millones de pollos en 2014 a 55 millones, aproximadamente, en 2018.

Entre los centroamericanos, con un 16 % Guatemala fue el que más creció entre 2017 y 2018; Costa Rica apenas reportó un 1.3 % más; y el resto de países tuvo resultados sin sensibles variaciones.

En Latinoamérica, en tanto, en el último año, la región disminuyó en 1.4 % la producción de pollo; principalmente por las condiciones de Brasil que crió 270 millones de pollos menos en 2018. Solo la baja de Brasil es equivalente a más o menos lo que produce en un año El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Uruguay y Paraguay, en conjunto.

Para la gremial avícola, el sector es un motor de desarrollo agrícola y agroindustrial, impulsor de encadenamientos productivos, generador de inversiones y empleo en las zonas rurales, generador de divisas.

Además es clave para la seguridad alimentaria del país, el abastecimiento de productos básicos a precios accesibles y una fuente potencial de desechos orgánicos útiles para fertilizante y energía renovable.

Se estima que unas 9,000 personas se emplean de manera directa en la producción avícola en El Salvador (80,000 indirectos); el 60 % pertenece al área rural y gran parte son mujeres.

De acuerdo con la gremial de avicultores, la inversión en el sector ronda los $15 millones anuales.

INDUSTRIA MÁS RENTABLE

Algunos expertos señalan que el consumo de huevo, en particular, ha experimentado un crecimiento en la región y todo el mundo debido, primero, al reconocimiento de su valor nutricional; y segundo, porque al tener un precio inferior al de otras proteínas es asequible a todos los niveles socioeconómicos y contribuye a la seguridad alimentaria de poblaciones vulnerables.

En ese sentido, detallan, para enfrentar los retos de competitividad de la industria avícola y garantizar una mayor y mejor producción de aves y huevos, son necesarias medidas relacionadas a, por ejemplo, el bienestar animal y la optimización del recurso de energía.

También se incluyen entre los desafíos, una mejor nutrición, uso de tecnología y el correcto análisis e interpretación de datos, entre otros factores.

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